Los ingenieros de software de Google están intentando analizar los sueños de su ordenadores y lo que se han encontrado ha sido francamente sorprendente. Imágenes psicodélicas, altamente oníricas que nos hacen pensar en la novela de Philip K. Dick que fue llevada al cine como Blade Runner por Ridley Scott: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
Las imágenes son fruto de un experimento que pretende descubrir si los servidores de Google son capaces de reconocer y crear imágenes complejas a partir de objetos cotidianos. Y el símil con los sueños se debe a que, de alguna manera, esto es lo que hace nuestro cerebro cuando dormimos: inventa tramas a partir de fragmentos sueltos de nuestro día a día.
Pero, ¿cual es el interés de estás extrañas imágenes? Según los ingenieros informáticos sirven para comprender de que manera aprenden los ordenadores.
La empresa Google lleva tiempo centrando muchos esfuerzos en desarrollar inteligencia artificial. Para ello se han creado unas redes neurales artificiales que intentan replicar el funcionamiento del sistema central nervioso de los animales. La tarea es abrumadora, pero uno de los primeros pasos imprescindibles es dotar a la red de capacidad para reconocer imágenes.
Para lograrlo, las redes neurales artificiales trabajan mediante un sistema de capas, de manera que al ver una imagen cada capa va identificando elementos claves de ella, los aísla y los comparte con las otras. El proceso puede ser repetido hasta 30 veces, dependiendo de la complejidad de la imagen original, y termina cuando la red neural identifica lo que ha visto.
Sin embargo, en el reciente experimento los ingenieros han forzado a los procesadores a trabajar en sentido inverso. Esta vez el dato de entrada ha sido un simple objeto y se ha pedido a la red de computadores que generen una imagen a partir de él. La dificultad radica en que los sistemas de reconocimiento de Google están entrenados para identificar formas, pero conceptos como tamaño, color u orientación les son mucho más esquivos.
Los resultados son muy dispares y dependen enormemente de los parámetros impuestos en el proceso. Por ejemplo, las imágenes generadas con un bajo nivel de retroalimentación sólo obtienen el efecto de una pintura, como puede verse a continuación.
Sin embargo, cuándo el nivel de retroalimentación se incrementa la imagen original se ve altamente transformada. Lo que parece suceder es que en cada iteración las diferentes capas de la red neural artificial va reforzando ciertas similitudes casuales, de manera que unas simple nubes acaban convirtiéndose en perros, caballos o personas.
La imagen inferior muestra un cielo y la interpretación que los procesadores hacen de él. La alta definición de la imagen original llevó a la aparición de un sinfín de extrañas criaturas, escondidas en las nubes y el cielo azul. En la imagen que adjuntamos justo debajo se muestran cuatro detalles de los misteriosos animales que fueron soñados.
Esta técnica, que crea imágenes de donde no hay, es llamada inceptionism (de la palabra inception, traducida como: origen). En el siguiente link podéis encontrar una galería de imágenes generadas por las redes de Google: Inceptionist.
Para acabar el experimento, los ingenieros dieron a los computadores el control para generar sus propias imágenes. El lienzo en blanco no era más que una imagen con ruido aleatorio y las máquinas hicieron lo que pudieron (¿o quisieron?) usando sus propios patrones. Los resultados son impresionantes, fruto de algo que yo definiría como imaginación computacional.
A pesar de lo interesante del tema y las originales imágenes que han sido generadas, una pregunta que me inquieta queda resonando en mi cabeza: ¿Estamos viendo los sueños de las máquinas momentos antes de despertar a la inteligencia?
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