Me lo recomendó un amigo de esos que recomiendan bien. Por eso lo compré sin dudar, a pesar de que la antropología nunca ha sido lo mío. Y debo reconocer que, a primera vista, la cosa no pintaba del todo bien: 500 páginas sobre la historia de la humanidad se me podían hacer eternas. Pero no. El texto me enganchó desde el principio y lo devoré con la satisfacción del que aprende y disfruta al mismo tiempo.
Yuval Noah Harari, profesor de Historia de la Universidad Hebrea de Jerusalén, intenta explicar en “De animales a dioses” cómo logró el Homo sapiens pasar de ser “un animal insignificante que se ocupaba de sus propias cosas en un rincón de África” a “convertirse en un dios”. Su escritura es fresca y directa, llena de ejemplos y explicaciones adecuadas para los no expertos. Pero lo que me pareció más interesante es que el autor no duda en exponer un montón de teorías que chocan frontalmente con la idea que tenemos de nosotros como especie y de nuestro lugar en el mundo.
La primera revelación que puede sorprender a muchos es que los Homo sapiens no somos tan únicos y especiales como creemos. “Estamos acostumbrados a pensar en nosotros como la única especie humana que hay, porque durante los últimos diez mil años nuestra especie ha sido, efectivamente, la única especie humana de estos pagos,” escribe Harari. Sin embargo, la incómoda verdad es que hace unos cien mil años tuvimos que compartir la Tierra con otras especies de humanos y que en muchos aspectos la nuestra no era la más evolucionada. La singularidad del ser humano, argumenta Harari, es un mito propiciado por un accidente de la evolución.
A partir de este nuevo marco en el que colocar al Homo sapiens, “De animales a dioses” va desplegando página a página nuestra original historia. Lo hace mediante cuatro secciones, cada una dedicada a un hito (o revolución) que empujó nuestra evolución como especie: la revolución cognitiva, la revolución agrícola, la unificación de la humanidad y la revolución científica.
¿Qué nos hace diferentes?
Aún recuerdo las interminables discusiones que solíamos tener mis compañeros de carrera y yo en el antiguo bar de la facultad de físicas de la UB. Éramos jóvenes y disfrutábamos filosofando sobre lo inabarcable del infinito, la triste vida/muerte del gato de Schrödinger o la última película de Rohmer. Pero había un tema que siempre rondaba entre los cortados y los cigarrillos: ¿Qué diablos nos hace diferentes al resto de los animales?
Unos opinábamos que lo que nos había permitido convertirnos en lo que somos es nuestra inteligencia, otros la capacidad de fabricar objetos, otros la moral o el lenguaje. Yuval Noah Harari propone en este libro que en realidad la clave estuvo en nuestra capacidad de habitar mundos imaginarios. La fábula y los mitos nos permiten creer en historias y conceptos que trascienden la realidad, y dichas creencias compartidas consiguen aglutinar a grandes cantidades de personas alrededor de una idea. Una bandera, una religión, una empresa o un equipo de fútbol son conceptos que no existen en el mundo real y que, sin embargo, permiten que millones de personas trabajen unidas.
Según Harari, en el momento en que los Homo sapiens empezaron a usar su fantasía para crear mitos, pudieron organizarse en grupos más numerosos cohesionados alrededor de dichos mitos. Así, estos grandes grupos, capaces de coordinarse para cazar mamuts o luchar contra tribus enemigas, fueron imponiendo lentamente su dominio en las zonas que habitaban.
No se a vosotros, pero a mi el argumento del mito como gran aglutinador me convence bastante. Sólo hace falta salir a ver una celebración de un club de fútbol para entender el increíble poder de nuestra fantasía. Una fantasía que nos ha permitido dominar el planeta pero no ser notablemente más felices. La triste conclusión del libro es que ahora que las nuevas tecnologías nos permiten crear formas artificiales de vida y alterar su naturaleza, no sabemos que hacer con este inmenso poder. “¿Hay algo más peligroso,” se pregunta Harari, “que unos dioses insatisfechos e irresponsables que no saben lo qué quieren?”
Etnocentrismo e ideología
En mi opinión, el único gran pero que le encuentro al libro es su marcado etnocentrismo. Harari pretende explicar la historia del Homo sapiens pero al final acaba centrándose en su propia historia. Sus valoraciones sobre el estilo de vida moderno se centran en el ser humano medio occidental, olvidándose de que más de la mitad del mundo vive siguiendo códigos sociales muy diferentes. También algunas de sus opiniones sobre las diferentes religiones, sistemas económicos y conflictos bélicos actuales están claramente permeadas por su origen e ideología.
Sin embargo, no creo que esto le reste interés al libro. Uno debe siempre leer teniendo claro que el autor es un ser humano con sus sesgos e ideas. En realidad sería muy extraño no encontrar rastros del propio Harari en 500 páginas repletas de ideas provocadoras, análisis sociológicos e historia. ¡Suficientemente bien le ha ido!
DATOS
Título: De animales a dioses (Sapiens): Una breve historia de la humanidad
Título Original: From Animals into Gods: A Brief History of Humankind
Publicado: 2014
Editorial: Debate
Autor: Yuval Noah Harari
Recomendado para: Antropólogos amateurs y curiosos de cualquier índole.