Académicos se venden al mejor postor
¿Cuál es tu precio?
Apuesto a que estás a punto de contestar que tú no tienes precio, que tus valores son firmes y no hay nada en el mundo que pueda hacer que los traiciones. Está claro, yo contestaría los mismo. Pero, ¿qué pasaría si nadie escuchara nuestra respuesta? ¿I si simplemente pensáramos sobre ello un rato en silencio, con esa brutal honestidad que nos permite reconocer nuestras más íntimas contradicciones?…